Me invento a cada momento un motivo,
rememoro, recurro, reservo y recupero
una nueva, aunque reconocida, causa
que me permita un paso más.
Hay oscuros pasajes y envenenados olores,
curvas circulares y cruces sin barreras
sobre los cuales es imposible llegar a nada...
sobre los cuales es imposible volver.
Es demasiado tarde para proseguir e
igualmente tarde para desandar las causas.
Nada puedo hacer cuando no sé cómo,
ni dónde, ni porqué, ni cuál, ni cuánto.
Ayer se detuvo el viento que me llevaba,
no encuentro nada real en lo contiguo,
no me importa si el silencio otorga,
no puedo comprender ningún argumento.
Hoy extraño el eco de tu fastidio,
el clima de tu enojo evidente y tenso,
la rota calma de tu aparente sosiego
y la inolvidable acusación de tu fracaso.
Mañana moriré por olvidarme cómo retornar
y me fundiré en tu ignorancia, en tu desmemoria.
No encontraré ya qué decirme,
ni con que engañar esta falta de sentido.
Así será desatinado, desamorado, mi destino.
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