Su tapado rojo de nervios, la distinguía en el atiborrado escenario del bar el sábado a las cinco de la tarde. Adiviné que me diría: "-Sinceramente no me gusta sincerarme..." Luego, ya no habría de escuchar sus palabras sin garantías. Decidí marcharme antes que sus ojos distinguieran mi mejor camisa. Luego, no he vuelto a verla. Luego de estas palabras, dejaré de recordarla. Al menos es lo que presiento.
Habitaré tibiamente tus entrañas para salirme y volverme minúsculo, incompleto, ínfimo. Llenaré de silencio los mares, cruzaré de lado a lado la tierra. Volveré mi vista una y otra vez, para descifrarte y encontrar el canal que me devuelva. Lloraré mis dudas. Me haré más en vientres extraños, para ver el ciclo y elucidarlo. Abdicaré. La tierra me hará suyo, y me abandonará en lágrimas y sudor el agua. El viento me llevará consigo a dispersarme en otros ciclos. El fuego flameará mi olvido. GOC.