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Mostrando entradas de 2008

Ofelia

Era regordeta y sus manos eran fuertes para fregar y fregaba sus mañas y la roña extraña de la ropas ajenas. Era malhablada y su lengua era ligera para deletrear y leía lo que no entendía y enseñaba a hablar a hijos ajenos. Era carnal y sus piernas eran firmes para amar y amaban con frecuencia y abrigaba en ellas hombres ajenos. Era generosa y su espalda era ancha para cargar y cargaba los trastos y dejaba su orden en casas ajenas. Era reservada y sus ojos prontos para fluir y lloraba con rabia y sufría con furia dolores ajenos. Era decidida y se sabía madre de sus hijos y de los hijos de sus hijos y construía su casa blanca con patio. Ofelia, era así hace un tiempo. Casi todo el tiempo que ya pasó. Hoy, teje otros sueños con el estambre hilado con sus manos débiles, con su lengua mordida, con sus piernas temblorosas, con su espalda inclinada y con sus ojos cortos que intentan mirar a través del ruido que sus propios nietos orquestan en su

La extraño

Besó mis besos sobre estos labios que la besaban con la vida que apenas se sostenía en el aliento. Acarició mis manos sobre estas caricias que la acariciaban con la vida que apenas se mantenía en el pulso. Sonrió mis sonrisas sobre estas sonrisas que la sonreían con la vida que apenas se alegraba en su alegría. Habló mis palabras sobre estas palabras que le hablaban con la vida que apenas se pronunciaba en el verbo. Sintió mis sentidos sobre estos sentidos que la sentían con la vida que apenas cobraba sentido en el sentir. Vivió mis vidas sobre estas vivencias que la vivieron con la vida que apenas vivificaron mi última muerte. Y ahora, ahora mismo, la extraño.    

Ignorancia

Ella, parió los hijos morenos obsequiando su vientre fértil a él que nada sabía -ni quería- de sus crías. Se quedó sola y luchó por el pan en las bocas vacías torciendo la suerte de la pobreza ni concebida. Se rompió las manos golpeando puertas en muros sordos, inflexibles por vanidad y desidia. Como la más hembra encremó su cara, tomó la cartera, cortó su vestido de tela sombría y recorrió la vida. Así, con todo crió siete críos morenos disconformes que cambiaron a la fuerza, su marrón estigma. Escuchó a sus hijos inquietos negarla y renegarla por bronca y erectos de cambios, partir sin mirar. Los sintió al marcharse pero no atinó a detenerlos. Tenía tanto sueño como anhelos ellos se atrevían. Ella se echó a dormir, tranquila por sus rebeldías. Ellos no lo supieron, rebeldes... cambiando sus vidas.  

Nada mil veces

  Recién renacido esa noche clara y sin dobleces, sin esquinas acechantes ni prisas aparentes. Algún tiempo atrás del tiempo de vivir a toda costa, la muerte de un amor mortal me había arrastrado consigo. Arrasándome. Destrozándome. Primero la voz, luego los pensamientos vagos, mas tarde el cuerpo de mi alma de mi cuerpo. Blandido en el mudo oficio de permanecer de ningún modo. Partido de todos los lugares. Partido. Desmembrado. Inútil. Partido. Retuve, una marcada visión y un robusto celo al desconocimiento más brutal. Transcurrido pero sin tiempo amanecí detrás del polvo de mi hoguera vana y de las cenizas de un entusiasmo devastado. Mis labios, cálidos. Mis manos, vacilantes. La luz pendiendo de una amarillenta osadía. Recién renacido sin darme cuenta y marchando detrás de unos pasos arrogantes, de una elegancia impúdica, de unas caderas promisorias, de un vaivén de la muerte a la vida misma a la vida. Recién renacido unos

La manta verde

  Entre las casas del pueblo hay una cama con manta verde y en esa cama una mujer anciana y negada muere por temor al ridículo. No ha podido contenerse y el calor húmedo ha mojado sus trapos evidenciando su cuerpo irreverente. Sus hijos están en la sala disputando un turnero de involuntarios sacrificios. Ninguno sabe que ella ha decidido no necesitarlos pero un hedor a orina rancia viene a darles el mensaje. Se escuchan protestas. Se abre la puerta del cuarto en el que el aire se ha quedado intacto. Se escucha un suspiro. Estalla un llanto. Pero la nada ha presentado su impronta implacable. Uno de ellos sale al patio y quema el almanaque con un fósforo encendido que arranca de su bolsillo. La mujer ha muerto por fin y desde hace tiempo.  

A penas

  Atestado de encontrados sentimientos en un callejón sin reservas ni obligaciones me desprendo de un atavismo cíclico y me vuelvo cada vez más torpe. Recurro a un dolor precursor, presumido. Y difiero con senso consensuado entre las pardas espaldas de mis antepasados que pasan ante mí. Reconozco una mueca en la rueca del desatino y me desangro en andas de una procesión que cede y cesa. Más tarde el sol se pone su rojo manto y se hunde en las lágrimas marrones de mi río. Existe una forma de saber a fango de la espesura del comienzo la locura que apena apenas mis palabras.  

Amanecido

  Avancé hacia el poniente despojado de todo cuanto amara. Y ya sobre la noche de mis sombras y ya sin sueño y sin anhelos, un amanecer se ha antojado de calcinar mis ojos. Devoré una protesta a flor de labios. Maldije lo imprevisible y mis torpezas. Pensé en quemar mi cuerpo con el fuego de los ojos inservibles e inútiles, ya vacíos cuencos. Involuntaria y abatida la mente fue derrocada por los sentidos sin guía. La memoria se hundió en un pantano viscoso, hediondo, amargo y mudo. Un cuerpo más allá de mi cuerpo se adentró en el día.  

Refugio

Ilustrador: Carlos Ramón      Mis manos conocen modelar el puro barro que imita las formas del inicio mismo de la raza que la espanta y mata del sino del olvido mentiroso del vasto deseo en ciernes de la vida a ultranza del caluroso sudor de su roce hueco mi mansedumbre y mi refugio.   

Cuarenta y dos

Evidentemente mi poeta es un boicoteador que no se lleva bien con la alegría que me regalaron los que hoy me están queriendo en la exacta medida que me dejo querer. Sé que debo más inspiración pero alguien inmensamente mayor a mi ha escrito y cantado esta muy acertada canción, que se adecúa como ninguna a este día de mi cumpleaños cuarenta y dos. Que la disfruten los que pasen por aquí en estos entonces. Edith Piaf: Non, je ne regrette rien (No, yo no me arrepiento de nada.) No, yo no me arrepiento de nada Ni del bien que me han hecho, ni del mal Todo eso me da lo mismo No, nada de nada No, yo no me arrepiento de nada Está pagado, barrido, olvidado Me da lo mismo el pasado Con mis recuerdos Encendí el fuego Mis tristezas, mis placeres Ya no tengo necesidad de ellos Desechados mis amores con sus temblores barridos para siempre Vuelvo a partir de cero No, nada de nada No, no me arrepiento de nada Ni del bien que me han hecho, ni del mal Todo eso me da lo mis

Milena

Milena es flaquita y morocha y pequeña como la edad que no llega, como el estomago vacío y chillón y vacío. Milena tiene apenas diez años y le faltan algunos dientes perdidos que a su edad ya no son de leche tibia. Milena se despierta muy tarde para hacer la tarea o para desayunar y antes del colegio quizás pueda almorzar. Milena suele ir a un colegio por la tarde con sus ojeras flacas y no entiende lo que no puede aprender. Milena vuelve a su casa con poca merienda rica y poco juego y espera a su abuelo que anda por ahí. Milena llega a cada noche en la que busca su caja de alfajores y sale a dos por tres, entre las mesas. Milena es pequeña y sabe moverse en la noche y juguetea flaca con guardacoches que la doblan en edad. Milena es flaquita y desdentada y su sonrisa de la noche es oscura como toda la soledad absurda y la impiedad.    

Por si acaso

  Si usted señora acaso se atreva a escucharme, le diría que nada yace bajo el lacio porque no quedaron cabales ni posibles y la salubre ansiedad no es madre de miedos. Si usted misma fuese a tropiezos sobrevolando, la acogería donde no anida el rumor porque he dejado de ser por este cuerpo y amuro en mis pesadillas una rasca de sueño. Si usted también apostara y acertara en rodearme, le entendería lo que bien sepa decir porque a fuerza he escuchado maldades y he aprendido a separar palabras sin sentido. Si usted ahora lanzara fuerte y artero el rayo, le consentiría amaneceres ajustados porque no hay noche de ayer mejor a hoy y sepa señora que ya no persigo vanas victorias. Si usted mañana oyera de mi boca un imposible, no inquiete sus romanceras alarmas porque no suplicaré sus beneficios severos y estaré en la puerta de sus labios por si acaso.  

Toki y la tetona

Hacía unos años que no sabía nada de Gabriel Villar. La última temporada que nos frecuentamos fué hace unos cuatro años. Yo me había mudado a Castelar y nos tocó ser compañeros de trabajo. Gabriel era un grandulote, uno de esos tipos que uno al verlo se da cuenta que con semejante anatomía es normal que se mueva torpemente y que no pueda apretar menos de dos letras al mismo tiempo, en el teclado de la computadora. Era un fanático de las actividades físicas. Participaba en pentatlones y otras competencias en las que pudiera dejar manifiesto de su fortaleza o en cualquier actividad que le permitiera evitar que se zanjaran dudas respecto de su resistencia física. Los sábados era patovica de un boliche de Ramos Mejía y los domingos, seguridad en el estadio del Deportivo Morón, un club del conurbano bonaerense, militante en la categoría B del fútbol nacional. La hinchada era de temer para cualquiera que no planeara morir antes de lo oportuno. Gabriel, o Toki, como lo llamaban, llegaba cad

Es mentira

Apoyó el mate, el termo con agua caliente, unas tostadas sin manteca, el frasquito de arándanos que usabamos de azucarera, un repasador y un cenicero. Después se sentó en la mesa, justo frente a mí. Yo estaba leyendo uno de esos libros que me gustaría haber escrito. Me lo cerró y comenzó a hablar al mismo tiempo que me alcanzaba un mate caliente. - Mirá mi amor, hace tiempo que quería decirte esto. Esperé bastante a que cambiaras solo y que te dejaras de joder, pero te empeñaste en no hacerlo. Sé que no te va a gustar lo que vas a escuchar, pero ya te pasaste de la raya. También sé que cuando termine de decírtelo no vas a querer estar más conmigo o yo no querré estar más con vos, eso me duele mucho. Aún así considero que es más importante decírtelo, porque ya no lo aguanto más y creeme que lo hago por vos. Yo sé que no es verdad que tu mamá te hacía la leche con cacao y café instantáneo, como les hacés creer a todos los amigos de nuestra hija que vienen a merendar a casa. Tampoco es

1.30 am

La una y media de la madrugada era muy tarde para que alguien se prendiera al timbre como un idiota. Estaba sentado en mi PC escribiendo un email y de pronto me sobresaltó el timbre que no paró de sonar por unos cuantos segundos. Tantos y más de los que me demoré para encontrar las llaves. Protesté hasta lo indecible. Debía ir a ver quién estaba en la puerta, aunque seguramente era algún trasnochado que se creía muy listo jodiendo a esa hora y jugando al ring-raje. Ya cuando era un pendejo, me parecía una boludez grande como una casa ese juego pelotudo. Crucé los quince metros del pasillo despacio, el plan era abrir la puerta de golpe y encajarle una buena patada en el culo al que estaba del otro lado y del que pude divisar la sombra por debajo gracias a un auto que pasó lento por la calle. Era curioso que no se fuera de una vez. Metí con mucho cuidado la llave en la cerradura, pero no pude evitar hacer ruido al intentar abrir. - ¡Gustavo dale abrime, soy yo! - No reconocí la voz au

Me dolerá

Como la tinta que me desangrará en cualquier momento. Como la flor que se incendiará en los labios amurados. Como el papel que se arrugará en el universo de penas. Como el dolor que me paralizará en el desafío temeroso. Como la cruz que se imprimirá en tu nombre a sabiendas. Como la mesa que me sostendrá en el sosiego del alcohol. Como la noche que no pasará de mi en el juego de anhelarte. Así me dolerá cuando no estés, con esta nostalgia a cuentas.

Botellas vacías

Y si sucede tu ausencia, me quedaré roto en la arena contando olas de un mar lento dentro de los mares. Y si acaso no te vea te pensaré en las tardes y en los pasos borrados por el viento que matará promesas. Y si cuando ya no tolere ver morir besos vaciaré botellas que arrojaré a la sal como futuros mensajeros. Y si borracho y loco de deseos o si aún me duerma me quedaré allí esperando que el mar me devuelva tu mensaje en las botellas que beberé con el tino de no olvidarte.

¿Y qué?

Y... que ya imagino el sabor que sabrá a cada palmo. Y... que ya imagino el olor que olerá a ahora mismo. Y... que ya imagino la forma que guiará a por aquí. Y... que ya imagino la textura que ceñirá las ganas. Y... que ya imagino la voz que dictará un aliento. ¡Y qué!

Ante la adversidad

"Planteada la inefable e ineludible verdad por la cual el ser humano que animo, se permite el maravilloso desafío de la libertad, posibilito elegir qué mandatos tomar y cuales descartar. Hay estigmas que enorgullecen y otros que debilitan y carcomen. Hay herencias delesnables, las no herencias que pretendo extirparme. Hay herencias que me exaltan y trato de potenciarlas, cortando las ataduras de cualquier naturaleza. No reparo en consecuencias y aún en la adversidad más tranversal, pujo con el tesón de un obstinado que no se resigna a morir bajo ninguna tutela. Ser resiliente. Fundarme en la resiliencia es, justamente, intentar decidir libre del esclavismo que la culpa y la ignorancia imponen. Procurar, sin desmedros, conseguir ser claro con las cosas que conservaré y las que rechazaré. Sin ambivalencias, sin relativos valores. Ambiciono construir, a partir de lo constitutivo, un futuro ajustado a mis convicciones y a mis deseos. No es arrogante mi intención, tampoco extrema mi

Funeral

A sus espaldas el funeral y la triste noche que acabará tras el duelo que duele de doler. Jugaron las sombras sobre si y la libertad arrebató en ademán su realidad a posteriori. Sus gafas ocultaron el llanto tímido y su turgencia la dirigen a nueva senda en que la oportunidad es esta y ahora. A sus espaldas el funeral que en su mente improvisa planes escotados y ocultos y postergados. Ya no hay por quién no ser y es promisorio el auge de su vuelo, la veré beber y me inclinaré para corregir su peinado con la saña de mis dedos.

Deleble

Leve como la pluma perdida de una paloma atestada en el aire espeso y gris del cielorraso de mi ciudad. Vaga como el deseo inefable que puebla mis fantasías en los rincones despoblados de esos refugios de sombras. Tenue como el velo locuaz que cubre el rostro sesgado por visiones escurridizas y rumores negros e inciertos. Suave como el indicio terso de un paseo por tu piel intentando descifrar signos en tus cicatrices de torpezas. Silente como el deseado eco de la correspondencia sutil que pueda darle el giro esperado al letargo agudo de tus calmas. Endeble como tu vida perdida por la voluntad no alcanzada y que hoy se esfuma de la memoria que te llora mientras te olvido. NOTA: Este poema fue escrito para Facebook: Escribe un poema y compártelo con nosotros .

Ciclos

Inequívocamente comenzaré siempre por el inicio chocando las copas con el vino y deteniendo la mirada partida sobre el fragor inquietante de tus ojos. Indudablemente desbordaré con excusas impares el cuenco de tu floja paciencia y partiré los frágiles peldaños salteando tus distracciones a merced. Inexplicablemente me dejarás una carta sobre la mesa y lloraré loco de penas para que inequívocamente termine siempre por el final.

Gabriel, el ciruja de las letras

[corto documental] por Rafael Flaiman y Yanina Muratore En el basural a cielo abierto de San Pedro, Buenos Aires, cientos de vecinos revuelven los desechos del resto en procura del sustento diario. Entre ellos, Gabriel, El Ciruja de las Letras, un anciano de 82 años, quien de entre la basura de la que come, rescata libros que lee y relee en su rancho de chapas y desde donde comparte cultura y educación con sus vecinos del barrio Los Cazadores, lindero al basural. Para más datos sobre la historia de Gabriel, sigue este enlace Para más datos sobre el autor: Implosion , http://implosionweb.vox.com Patas para arriba , http://patasarriba.vox.com La Cabalgata , http://lacabalgata.vox.com Este video concursa en el 15º Festival Latinoamericano de Video Rosario 2008 en la categoría Documental Social en Formato web. NOTA: Viví en este pueblo mis años más tristes. Quizás mi suerte echada, hubiese sido como la que recogió Gabriel, seguramente en un basurero pero siempre revelándos

Buen día

A los que olvidé en algunas mesas de la vida o al que dejé en mi pueblo cuando partí. A los que perdí en favores de amigos mejores o al que me ahorró alguna novia que me haría sufrir. A los que abandoné ya cansado de rescatarlos de si o al que lo devoró su ombligo no cicatrizado. A los que huyeron tras muchachas de muslos rojos o al que enloqueció en los brazos de una sirena muda. A los que partieron mi esperanza en una despedida o al que no cambió nada por nada ni nadie o acaso. A los que hurtaron las naranjas de mi infancia o al que saltó el cerco de mi paciencia. A los ausentes por mi condición de itinerante o al que se aferra en medio de todas las tormentas. A los presentes del mañana y que aún no conozco o al que vendrá para hacer que note la distancia. A todos los amigos que no frecuento para hacerlos libres o al que no acudo porque me basta con saberlo. "-Buen día del amigo, buena vida."

Orgullo

La perdida noche cálida de este invierno me llevó a las calles desconcertadas de esta Buenos Aires de gobierno frustrado. Las luces amarillas del alumbrado público oxidan el asfalto, mi ánimo y las sombras de los que aventan cervezas en los bares. Pienso en las contradicciones de mi pueblo, de toda esta gente que practicó un ejercicio de decisiones tomadas en el silencio del alba. Anoche conocí a Casciari y su efecto concreto, develando con destreza algunos secretos sabios y por los que me pasaré al otro lado del mundo. Pienso doblar en la próxima esquina y volver. Cruzaré la calle a mitad de cuadra, iré hacia mi casa, a mis papeles, a mi ordenador, a mi. Seguramente me aguardan verdades a medias tintas que no sabré sobreescribir o transcribir o prescribir para alejarme, encender la luz y restregarme los ojos. Ahora es muy tarde y Buenos Aires sigue allí y aquí bajo mis pies y sobre mi vista previa que reconoce los adoquines de un nuevo rumbo. En mi mesa esp

Frío en la ciudad

Bajé, con mi silencio áspero, con grietas de pensamientos, con dolores borrosos, con la esperanza caduca. La calle de las sombras me llevó a su antojo hasta las puertas mismas de un romance adrede que olía a pan fresco y crujiente. Mis manos frías, en mis bolsillos cálidos, no se atrevieron a golpear el rostro adusto de la rutina. Bajé, con mi silencio amargo, con pensamientos encontrados, con dolores de sal, con la desesperanza que me mezcla con la gente que baja murmurando por la calle de las sombras.  

Premonición

Su tapado rojo de nervios, la distinguía en el atiborrado escenario del bar el sábado a las cinco de la tarde. Adiviné que me diría: "-Sinceramente no me gusta sincerarme..." Luego, ya no habría de escuchar sus palabras sin garantías. Decidí marcharme antes que sus ojos distinguieran mi mejor camisa. Luego, no he vuelto a verla. Luego de estas palabras, dejaré de recordarla. Al menos es lo que presiento.   

Misterio

Acaso su sonrisa sólo signifique una íntima victoria que ignoraré por siempre. Memo Vazquez - flikr - http://www.flickr.com/photos/el_memo/

Galletitas

En la parada, me regaló un paquete verde de galletitas con sabor a manzanas y algunos besos. Mansa y sana siguió sonriendo tratando de divisarme entre los pasajeros del omnibus que se alejaba. Miss Pola - flikr - http://www.flickr.com/photos/miss_pola/

Desvelado

Bostezo y bostezo y detrás de las paredes, me acecha la arrogancia del ímpetu sexual de mis nuevos vecinos.

Convicciones

Cambiaré de parecer esta misma tarde. En esta misma ciudad, que se viste emplomada y se aburre de si misma esta misma tarde. Tarde como la de tantos días en los que llueve.

Perra vida

Una anciana con su perra vida, entiende de una sola vez a la vez que sobre el armario del desconsuelo sólo reposan las miradas ciegas de un pasado que no vuelve al evocarlo por capricho y antojo o al retenerlo en la insana cobardía o en la negación de aquel portazo que aún retumba en sus oídos taponados por la dejadez. Entonces toma un crucigrama y su sombrero de verano. Pone a la perra su correa y va caminado sin atajos hasta la plaza. Allí en la plaza, se sienta frente a mi en el banco gris y desvergonzada me muestra su entrepierna. Desorientado pero animado pienso en que tengo una nueva razón, para ir hasta el bar a tomar una cerveza y para postergar el argumento de mis quejas.

Adoquines

Y sobre el día de los días, los minutos se arrastran hasta caer mustios y disipados, sobre los adoquines de hielo de una calle que se inclina insolente. Hacia los costados empinados y por donde se despeñan transeúntes se escurren las laderas mugrosas de un precipicio sin vértigo. Alguien de traje azul, se acuclilla. Arranca un adoquín con sus manos y lo arroja contra la vidriera. Algunos se incorporan y roban los maniquíes y sus ropas. Otros roban un lavapies automático. Otros un televisor para ciegos o para sordos o para mudos. Luego, todo se derrumba y el destino inevitable ya no tiene futuro. ...y el destino inevitable ya no tiene futuro. ...y el destino ya no tiene futuro.

Un día especial

Hoy mi hija me despertó con el desayuno preparado, con una polera de regalo, con una carta sentida. Hoy mi hija me ha deseado un Feliz día del Padre y me ha dicho: "-Papá, me caes bien... si no fueras mi papá, me gustaría que lo fueras." Hoy mi hija me ha hecho feliz. Hoy festejo el décimo día del padre y tengo la entera sensación de estar haciéndolo bien. Hoy es un día especial.

Ojos en los pies

El sueño era sueño de viernes. Sueño después de una semana con actividades de semana a semana, rutinarias y cansadoras. El frío se despedía de un mayo quedándose en el anden para tomar el tren de junio de otoño, en una Buenos Aires agitada y silenciosa. Un corte de luz. Una vela encendida en el departamento de la soledad de una anciana que no sopló la vela antes de dormirse para siempre, por si acaso le venían ganas de ir al baño a mear en la madrugada. Por desgracia las ganas de mear no le vinieron y el fuego se comió el pabilo y la cera de la vela. Luego el mantel. Luego la mesa de madera vieja. Luego todo lo demás. Las manos del fuego y la mordaza del humo, se consumieron también a la anciana y a su perro. No satisfecho, el humo ansioso, salió a los palieres y aprovechando cualquier rendija se coló a otros departamentos. Uno de ellos, y sólo dos pisos más arriba, velaba el sueño de mi niña. Eran las 5.30am del sábado 31 de mayo. Hora en la que el sueño con todo su peso se desploma s

Sutilmente

Ya las estridencias del abrazo, habían superado el encuentro y tenuemente el agobio comía la prisa de mi paciencia. El color traslúcido del esperarla relativizaba su voz y el eco de sus anécdotas rebotaba lejos de mis oídos. Quien había partido no había vuelto al andén. Las ratas disfrazadas de palomas engullían las migajas de nuestros pasos cruzando en diagonal la plaza. De su mano la noche comenzaba a ser noche al fin y en principio debía hallar sutilmente un adiós irrevocable.

Fantasmas

...y esas ganas de llorar que me vienen todo el tiempo, desde hace no se ya cuánto tiempo.

revista ea

Entre el infierno y el cielo Bajó las escaleras como quién desciende al infierno a conciencia. En su cara no asilaba gesto alguno, sólo una mueca desesperada pero de larga residencia. No puedo decir que tuviera cansancio, sus pasos eran firmes. De a uno por vez, como si en cada uno se alejara por miles de un atrás que no propiciaba volver ni avanzar. -¿Dónde ir ya?. ¿Dónde ahora mismo?., -parecía preguntarse, en la nada que enfocaban sus ojos oscuros. -Perdón, ¿estás bien?. -¿Qué? -Te pregunté si estabas bien. -¿Quién sos?. -Vivo acá en el quinto. -Ah. Gracias, estoy bien. -¿Necesitas algo? -Si. ¿Me convidás café?. -Si claro. ¿Preferís en un bar o en mi departamento?. No hago buen café. -Prefiero no salir a la calle. Si no te molesta, es mejor en tu departamento. Subimos las escaleras y recorriendo el pasillo hasta mi puerta me pregunté si no estaba cometiendo un error. Miré de soslayo su rostro y algo me convenció de que no había peligro en su m

También fríos

Al sol le pesará el atardecer y como un anciano se recostará sobre el ocaso del día o la vida. Los árboles agitados apenas por un viento algo díscolo interrumpirán la vasta quietud. Desde mi ventana apreciaré la polvareda que te empujará hacia mi lugar, a veces recóndito. En mi mesa, el banquete que sacrificado en tu boca se desarmará poco a poco. En la pared un reloj sin pilas marcará la hora exacta sólo una vez, esa vez, al día. En mi cuarto la cama tendida y en mi mente la expectativa de tus pies fríos buscando los míos… también fríos.

Tira de morcillas

Llegué a la estación de autoservicio, estacioné el auto frente al surtidor número tres y le puse la manguera a la boca del tanque, marcando treinta pesos en el sistema de expendio digitalizado. El aparato se puso en marcha justo cuando suena mi celular con tu llamada enojada por mi demora. El surtidor numero tres falló y la nafta comenzó a caer de la boca del tanque hacia afuera, haciendo una mancha horrible en el costado de mi auto y en el piso. La mancha se fue expandiendo y mutando hasta transformarse en un terrorista afgano que con una ametralladora empezó a fusilar a todo lo que se moviera en la estación de autoservicio, luego volvió a caer desparramada y en unos segundos surgió de la misma mancha un irakí, armado con otro fusil a repetición, que siguió ametrallando todo el lugar hasta caer desplomado sobre el charco de nafta donde se proyectaban como en una película sobre el piso, imágenes de tropas norteamericanas y otros aliados llevando paz y democracia a esas tierras en las q

Diez años

Quizás toda la sensibilidad o toda la inteligencia no me alcancen. Quizás todo el amor del mundo o todas las atenciones no me alcancen. Quizás toda la sana intención o todas las torpezas no me alcancen. Quizás toda la sabiduría o todas las omisiones no me alcancen. Para decirte todo y cada cosa, para devolverte un poco, no más, de lo que recibo de tu vida. Esta es mi mejor sonrisa que es tuya por que por vos nace. Este es mi mejor abrazo que es tuyo porque aún te abarca. Este es mi mejor latido que es tuyo porque por vos sucede. Esta es mi mejor palabra que es tuya porque por vos se eleva. Diez años hija mía. ¡Diez años! De este amor que recién comienza y cumple hoy mismo ¡diez años!.

Por su vida

Ruego que me haya dejado porque ya no me ama. Espero que su intención no sea aliviar mi duelo. Deseo que no sea esta vez, la última vez que la vea. Es tan linda... Ojalá no cumpla aquello de que moriría si no está a mi lado.

La sorpresa

Llegará en su bicicleta, tras quinientas vueltas de pedal, más o menos. La encadenará a la reja, si piensa quedarse más de un rato. Estirará la falda y las mangas del vestido y el pelo recién lavado. Sacará de su bolso el paquete de delicias y lo pondrá en su palma. Tocará en el planta baja “D” anunciando su sorpresa y sonreirá anticipada. En el largo pasillo sonreiré con mis labios abarrotados de besos. Le abriré la puerta, contento como un niño vestido de domingo, y le diré: - Hola linda, no te esperaba!.

Hacia ella

Y en la mesa vacía una convicción de falso profeta. Y en la silla contigua mi bolsa de huesos desarticulados. Y en el vaso de vino agua salada de instados instintos. Y en la ventana constante un paisaje que muta y muta e inmuta. Y en la pared de celos la inefable conducta del desdén. Y en la biblioteca cansada respuestas a preguntas que no pienso. Y en la puerta divisoria una espera que no sucede por algo. Y en la cama destramada un ardid invasivo bajo la almohada. Y en el ambiente pagano el tiempo pasa con sombrero sin sombras. Y en el fuego crepitante arden utopías y versos y visiones. Y en el humo que respiro la insana conciencia de un desmayo. Y en la bruma callejera mi bicicleta se empeña en ir hacia ella.

Juan Evaristo Puthod

Desde ayer se busca a un representante de DD.HH. de Zárate Se trata de , Juan Evaristo Puthod, el titular de la Casa de la Memoria de ese partido. La policía realiza rastrillajes en la zona. El caso trae reminiscencias a su antecedente más cercano, la desaparición de Jorge Julio López. "Me encapucharon, me pegaron, me quisieron matar", relató Puthod “Estoy tranquilo. Vivo. Era mi gran preocupación”, afirmó el dirigente de derechos humanos, Juan Puthod, en declaraciones. Y agregó: “Volví a revivir lo que había vivido hace 32 años atrás”. Puthod dio detalles sobre el secuestro: “Me pegaron. Estoy bien. Fue un golpe de entrada, después el trato fue bueno”. “Me vino todo a la memoria. un momento muy jodido para mi, para mi familia, para todo el mundo”, confesó el dirigente de derechos humanos. Y agregó: “El único temor era que me mataran”. Finalmente, relató que antes de este episodio ya había recibido amenazas. Puthod abandonó a las 9.50 la clínica "La Virgen del Carmen&quo

Otra vez

Me desvelan distintas lluvias que me revelan en distintos llantos motivados por distintas lluvias desveladas por los mismo llantos.

En frío

Desnudo. Desprovisto del traje azul de las certidumbres acaecidas, me rehusaré al silente desgaste del mar, a la luz improbable y siniestra de la carretera y al descanso oscuro. Solo. Saldré a perderme por las calles de su airada y aislada geografía decorosa, no cosecharé más que sudor de cerdos en el estupor de sus caras omisiones y en la abrumadora inconsciencia de sus indeseados besos. Mudo. Olvidaré la luna de papel en un cielo sin preámbulos ni tormentas y la oscura o profunda noche sin galas se derramará en mi mesa desvencijada manchando las hojas de mi cuaderno, mancillando con horror las letras y acuñando en ciernes las malditas piezas del insomnio. Desvelado. No hallaré la mítica paz en lo que reste de aquel o aquellos días, ni en la prensa de la mañana perdida; ni en la mano de las uñas que me peinen. Únicamente un remanso ciego de ruidos que omitirá por ausente, la forma del deseo, la mitigada frecuencia obscena y la piel estremecida o dura de mi cuerpo en frío. Desnudo.

Día del idioma Español

Ilustración: Alvaro Reja 23 de Abril, Día Internacional del Idioma Español en conmemoración del aniversario de la muerte de Miguel de Cervantes Saavedra . Fracción de mi capítulo preferido de "El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha" Capítulo trigésimo tercero Donde se cuenta la novela del curioso impertinente "Los primeros días, como todos los de boda suelen ser alegres, continuó Lotario como solía la casa de su amigo Anselmo, procurando honralle, festajalle y regocijalle con todo aquello que a él le fue posible; pero acabadas las bodas, sosegada ya la frecuencia de las visitas y parabienes, comenzó Lotario a descuidarse con cuidado de las idas a casa de Anselmo, por parecerle a él, como es razón que parezca a todos los que fueren discretos, que no se han de visitar y continuar las casas de los amigos casados de la misma manera que cuando eran solteros, porque aunque la buena y verdadera amistad no puede ni debe de ser sospechosa en nada, con todo esto es tan deli

La Fiesta Inolvidable

¡Y bién, pasó la fiesta! Todo salió según lo planeado. Hubo suficiente bebida, los más bailarines bailaron por un sueño o dos, los charlatanes charlatanearon y los lectores... me robaron algunos libros, que espero tengan a bien devolvermelos cuando terminen de leerlos. Lo más desopilante de la celebración fué el discurso de "DesEnRedAdo" que nos hizo reir hasta acalambrarnos. No tengo tal capacidad de inventiva, ni semejante memoria, sino lo transcribiría para compartirlo con ustedes. De todas formas prometió hacer un discurso similar y publicarlo en su blog ( http://desenredado.blogspot.com ). Espero que lo haga pronto. ¡Gracias DesEnredado ! Lo más sorprendente fue el poema de "Somos Fanáticos" , leído el cuarteto de estos personajes tan prestos a leer Necesaria y que no sabía que existían. Les agradezco el poema (que no conservo) y todos los halagos que me propinaron en todo el transcurrir de la fiesta. El poema pueden leerlo en estos días en http://leemosneces

Tres deseos

Una lona robada a un fletero, una manta rota encontrada en el barrio chino, una cubierta plástica de dudosa procedencia, un acolchado deshilachado y desacolchado, una campera que no fue de un campesino, un pullover agujereado por polillas y otros ganchos, un pantalón para gimnasia sin medallas, un pantalón denim de corte sudamericano, tres pares de medias de guardas y tramas impares, una bufanda transpirada y bostezada, una gorra de lana de la nada abrigada, un par de guantes de falanges mutiladas. Su cuerpo y los aires del invierno. Un colchón de goma espuma deslavada, una cubierta de bolsas añadidas, un aislante de cajas de cartón, dos kilos a cero setenta el kilo, casi un vino. La vereda sin ceras, un carro de supermercado que no pasará por caja, unos trastos sumados a trastornos, el paredón del puente ferroviario por dónde cruzará el tren de alta velocidad dentro de unos pocos segundos en el que viaja el joven cuerpo de ella vestida con fina organza, capelina sin viento y con flor

La campaña de la eñe

Adherite a ésta campaña para que en Argentina se apruebe el uso de la eÑe en los dominios de Internet de nuestro país y en todos los países de habla hispana. <!-- Código del enlace --><a href="http://necesaria.blogspot.com/2008/04/la-campaa-de-la-ee.html" target="_blank"><img border="0" alt="eÑe Argentina" src="http://bp1.blogger.com/_qWYzdvNcFeM/SAP0ULfsZSI/AAAAAAAAATg/ZoF2cKjN-jo/S1600-R/campania_enie.gif" title="eÑe Argentina" /></a> Logros en otros países de habla hispana: www.eñe.cl / www.eñe.es p/Leer: La eñe tambien es gente p/María Elena Walsh: http://www.me.gov.ar/efeme/mewalsh/laenie.html La letra eñe no se entrega - Clarín (14/03/1998) http://www.clarin.com/diario/1998/03/14/e-07702d.htm Ñ - Wikipedia http://es.wikipedia.org/wiki/%C3%91 Nic - Chile http://www.ñandú.cl La incansable batalla de la letra Ñ - Univisión http://www.univision.com/content/content.jhtml?cid=328328 La letra Ñ llega a