De pronto alguien golpeó la puerta como para derribarla. Me apresuré a atender con el afán de regañar a quien golpeaba con tanto violencia. Al abrir, me encontré con una hermosa desconocida que destilaba desesperación por todos sus poros. - ¡Mi nombre es Alejandra y Pepe Galliano me dijo que me ayudarías! Por favor dejame pasar... - dijo agitada y mirando a los lados como si la persiguiese alguien. - Entiendo. Pasá, tranquilizate y contame en qué puedo ayudarte. - ¡Gracias! ¡Muchas gracias! Tenía miedo de que no me recibieras. Cerrá la puerta, por favor... No sé bien por dónde comenzar. Es largo... - su nerviosismo era conmovedor. - Por decirme quién es Pepe Galliano, estaría bien.- le contesté, mientras le alcanzaba un vaso de agua.
Habitaré tibiamente tus entrañas para salirme y volverme minúsculo, incompleto, ínfimo. Llenaré de silencio los mares, cruzaré de lado a lado la tierra. Volveré mi vista una y otra vez, para descifrarte y encontrar el canal que me devuelva. Lloraré mis dudas. Me haré más en vientres extraños, para ver el ciclo y elucidarlo. Abdicaré. La tierra me hará suyo, y me abandonará en lágrimas y sudor el agua. El viento me llevará consigo a dispersarme en otros ciclos. El fuego flameará mi olvido. GOC.