Sumido a la frescura más vital del ardor violento del olvido sobre la piel imaginando la existencia frágil dentro de este envase sin caducidad pero que vencerá de todas formas me propongo lavarlo con fuego ensuciarlo con nubes perfumarlo con aire infecto tocarlo con magia develada entregarlo a la desidia de ella enfermarlo con vicios al vicio liberarlo con mandarinas de estación y romperlo en una sola fracción. Me llevaré a caminar en la maleza guiado por la pura intuición de sus fronteras para que la naturaleza me explote en las tripas poniendo la confianza en el silencio de la sordera y la muda palabra que se ignorará a inconciencia para respirar hondo, orondo y sencillo al ritmo airoso de una canción desconocida cantada con pulso ausente para la danza de la furia enloquecida que enloquecerá furiosa y letal de cara al concierto íntimo de mis propias iras. El viento soplará bravo como sopla el viento en estas épocas de poco coraje que entre maldades
Habitaré tibiamente tus entrañas para salirme y volverme minúsculo, incompleto, ínfimo. Llenaré de silencio los mares, cruzaré de lado a lado la tierra. Volveré mi vista una y otra vez, para descifrarte y encontrar el canal que me devuelva. Lloraré mis dudas. Me haré más en vientres extraños, para ver el ciclo y elucidarlo. Abdicaré. La tierra me hará suyo, y me abandonará en lágrimas y sudor el agua. El viento me llevará consigo a dispersarme en otros ciclos. El fuego flameará mi olvido. GOC.