Ir al contenido principal

Agobio


En mis tonterías se destaca la imposibilidad de lograr la calma, en la paz o el destemple de mi cabeza. Anduve con impunidad el camino del egoísmo para que aprendas a no demandar, a que no pidas lo que ya no entendí darte. Consumí los tiempos de la ingenuidad ocupándome en lo devastador de la subsistencia. Ya no puedo entender que vale la pena nada que produzca penas. Ya no puedo entender que es preciso animarse a lo que me consumirá el ánimo, las ganas y por sobre todo la voluntad.

Hoy estoy algo positivo. Entiendo que no puedo sino aceptar con aprecio, lo que me has agasajado, aunque no deba deberte lo que de vos y tus voluntades surgieron. Es verdad, fuiste amable y por demás generosa. No es verdad que te haya pedido nada de eso. No sé si merecí tu atención. Pensalo de ésta forma, me presté a tu juego y creí de verdad que te agradaba darme aquello que ofrecías arengando sobre el gusto de mi recepción.

Si reprochas, desoiré la razón. Si aún reprochas, entonces te volverás muda, quieta, ininteligible. No forzarás mi pulso, no jugaré pulseadas con tu reclamo. Nada te debo, porque nada te he pedido. No me cuentan las cuentas de tu ábaco. Nada te debo porque no entiendo el momento en que me dejaste sin nada, sin vos, sin tu recelo. Estoy extrañado, las garantías fueron escuetas y el desconocimiento cimentó el agobio de éste vacío.

En mi cielo próximo intentaré recordarte.

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Como siempre

- Fijate en la alacena, hay fideos moñitos y medio paquete de harina triple cero justo al lado. - ... - ¡Pero! No puedo creer que no lo encuentres. Abrí la otra puertita. Fijate que hay un tarro con arroz y un frasco de mermelada que ahora tiene orégano. Tiene que estar por ahí. Subite a una silla, que vas a ver mejor. -... - ¿¡Será que tengo que ir yo!? Vos jugás con eso. Sabés que siempre termino haciendo todo por vos y eso te gusta. Así nunca vas a independizarte o aprender a resolver las cosas... -... - ¿Viste las llaves? Suena el timbre. Nunca sé dónde dejo las llaves. ¡Acá están! Esperame un poco, voy a abrir la puerta. - ... - ¡Hola mi amor! Dale, pasá. - ¡Hola papi! Dame un beso. ¿Con quién hablabas?. - Con nadie hija, sólo jugaba a que ya habías llegado. - ¡Ay, papi! ¡Pero qué ansioso! - y me abrazó... como siempre.

Cicatrices y muecas

Es verdad tengo la ceja partida e implante dental, ocho piezas de fina porcelana. Tengo muchas cicatrices cosechadas en épocas de furia, cuando fracasé en arreglar el mundo con mis propias manos. Tengo partes de mi cuerpo que sí puedo descubrir, pero no describo, por pudor. Tengo partes de mi cuerpo que no puedo describir, pero sí descubro, por pudor. De lo que perdura tengo esta mueca sin cicatrices. Se reproduce por si sola y bastante a menudo. ¿Ves?, es así. ¿Te gusta?, sí que es linda. ¡Quédatela!, tengo varias. ¡Mira, acá tengo otra!. Las demás muecas sólo representan lo demás... gestos indigestos.

Porque aún no sé

Les dejo aquí anécdotas de navidades, año tras año y de cumpleaños con ausencias y sin edad. Les dejo aquí primeros días de clases en marzos con calor aún, como en aquel año, años atrás. Les dejo aquí un listado de madres con pañuelos, que los siguen buscando, en la misma plaza. Les dejo aquí un listado de hijos y de nietos que hoy conocen sus nuevos, nombres verdaderos. Les dejo aquí otro listado con abuelos, hermanos, tíos, primos, sobrinos, vecinos, maestros y obreros, sin olvido. Les dejo aquí noticias de justicias que aún no llegan e injusticias de siempre, que se vuelven nuevas. Les dejo aquí la memoria de casi todo el pueblo que aún sufre y sangra por heridas viejas. Les dejo aquí mi nombre y mi identidad y vida para aquellos que no los quieren ni nombrar. Les dejo aquí la flor que aún no sé dónde dejar y me sangra en los ojos que no dejarán de buscar. 1976 - 24 DE MARZO - 2008 Por la memoria de los 30.000 desaparecidos. No olvidamos – No perdonamos JUSTICIA, MEMORIA Y VIDA