Me gustaría saber cuándo
te instalaste aquí,
en mis impedimentos,
en el sobrecielo de mi incapacidad.
Me gustaría saber porqué
te has apropiado
de mi intención,
por el claroscuro de mis ambiciones.
Me gustaría saber dónde
te quedaste tan
quieta, inerte
sobre la calamidad de mis quietudes.
Me gustaría saber cómo
te permitís esto
de disminuir mis elecciones,
en el espejo de mi consideración.
No se qué es lo que deseas.
He estado allí lo suficiente.
No hubo voluntad de propiciar.
No tuviste el coraje.
Dejame ir ahora
que tus puertas no me abrigan
y tu indiferencia me aniquila.
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