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Seré quién deba.



Jamás suplicaré incesantemente a la que me detesta.
Jamás treparé por el cuerpo que no me espera.
Jamás inclinaré mi cabeza a pensar en su hombro contraído.
Jamás desearé esa palabra que por naturaleza me es negada.
Jamás encontraré la forma de convertirme en lo que espera.


Jamás olvidaré el tiempo que ocupé en cicatrizar.
Jamás duelaré mis muertes por sus manos.
Jamás rogaré la eternidad entre sus piernas.
Jamás comeré mi angustia para no inquietarla.
Jamás dejaré mi infortunio en sus voluntades.


Jamás engullirán mi carne sus gordos labios.
Jamás potenciaré las ansias de su presencia.
Jamás tranquilizaré mis miedos con sus consuelos.
Jamás secaré sus lagrimas mías.
Jamás cesaré de ser preciso en sus oídos.


Jamás vendrán a mi las ganas de entenderla.
Jamás saldré de mi en sus brazos.
Jamás escucharé atónito sus sentencias.
Jamás adelantaré el reloj ante la cita.
Jamás olvidaré en sus labios mi último beso.


Seré quién deba.


Ojalá no olvide nuevamente estas certezas.
Ojalá sus manos no me roben ésta voluntad.
Ojalá sus geografías no vuelvan a extraviarme.
Ojalá sus palabras no eclipsen a las mías.
Ojalá no merezcan sus labios éste,
mi nuevo,
último beso.

Comentarios

  1. ¿Qué querés decir con:
    Jamás duelaré mis muertes por sus manos.
    y
    Jamás cesaré de ser preciso en sus oídos.?
    Si no te molesta contestarme, claro está...
    ¡¡¡Un saludo!!!

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