"No hay maravillas en las mentes.
Ambicionar solo lo que maraville
termina por ahogarnos en los indicios
de lo que dejamos correr bajo los puentes
desde donde nadie puede brebar
y el agua que se va no se detiene
en las cuentas de ninguna saciedad."
Y los hijos de mi tierra fueron salvándose
ya que no hubo qué, ni quién,
los termine de aniquilar
y sus historias se mezclaron
con un destino inesperado
pues aquello que sus fe les deparaban
terminó por anunciarse
y por ejecutarse fatalmente.
Y la matriz de la tierra
siguió pariéndolos,
como gestos de negación,
como si cada tragedia no bastara
para atestiguar la propia barbarie
de los viejos hombres que cruzaron el mar,
imponiendo sus desesperanzas sangrientas
y sus insatisfacciones interminables.
Y cada hombre muerto de mi pueblo
se antojó semilla y vientre
y desde tal evidencia gesta y late
marcando los pulsos que daran ritmo
a la marcha de nuevos llantos
sobre la misma tierra que finalmente,
en algún tiempo sin mediaciones,
dará sus propios frutos,
para redimir la raza original.
Conmemoración 12 de Octubre
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