A sales, a plumas,
a bocanadas de nieblas en el frío,
a calores propios y energías del otro,
a saberes incógnitos e ignorancias desconocidas.
Al fin, el principio,
a errores inestimables en el vaticinio
de la infamia familiar, de la arrogancia
sobre lo acordado y lo olvidado nuevamente.
Al asimétrico sabor de la desidia,
al acalorado discurso del culpable,
al argumento infame, a la envidia
de quién deseé para si nuestros aciertos.
Sabremos así, encontrarnos en nuestras soledades.
Sabremos así, amarnos a mares.
Comentarios
Publicar un comentario