Ir al contenido principal

Almanaques


Razón de mente y alma y músculos gimiendo
y un mártir madero esperándome
mientras la margarita permite deshojarse
sin piedad y asumiendo de cara al eterno recuerdo
días de carencias que proveían carencias
algunas veces sin almuerzo, otras sin cena
jamas ambas y siempre con la duda de turno
para honor y horror de aquella visión
sobre un deseo visceral que engorde mi osamenta
tres litros diarios de aguas bravas
de manantiales insípidos,
pescado, camote y matecocido.

Es el fin último
que detiene mis pasos
que siembra y cosecha mi antológica verdad inutil,
mi extensa piel empalidecida y fría
como precarias primulas lívidas de nostalgias,
como la tonta luna de divino marco negro
que noche a noche deja con gusto
sus cómodas posaderas marinas para los marinos
y sus escarpadas alcobas para los serranos;
pero para siempre o nunca segun sea
el caso de mi ocaso, mi noche oscura.

Trémulo a los cien años que hielan los huesos
inutiles e inservibles como la sangre
del cuerpo inherte por causa u omisión de la vida
fugándose en un tiempo de atrofiados valores
abrazados a un madero diminuto
en el que tallado un Cristo contradice la verdad
grave y sardónica y despiadada como ráfaga
que se hunde aquí y que a veces corta la rama
y sonríe desdeñando vuelos despreciables
por aves muertas con trinos incoloros
y plumas de brisas quietas, nieblas de nada
sobre la nada que negamos mientras tanto.

Las calles rechinan arrastrando gotas de verdades
en mares secos por mentiras inmediatas
para motivos inmediatos y poseciones excesivas
que nada muestran pues nada reflejan
en el espejo opaco del mismo mar
condensado por la angustia exhausta
de nanas sin remedios, sin médicos, sin gurúes
que bostezan hace mil siglos
y en un cajón de cartas mudas
pero despobladas de cursilerías
un guiño de Arlt y Sabina avisan a mi olvido
para que detenga su paso.

Sucede al fin y de esta forma la muerte
El corazón tieso resiste los embates de latidos
que reproducen ecos continuos en
un cerebro a oscuras y a tientas
que se puebla de infinitas e impostoras defunciones.

Ni la vida del no,
ni el odio del si,
ni el amor del improbable,
ni las gentes insulgentes o sumisas
arrastran sus pesados dones antes mis reflejos.
Sola y mia la sola sombra mía
las causas putrefactas ya,
sin agrupados y condensados puñales
en naves de vientos ávidos del tiempo aborrecible
que en la nada nos deja desangrar sin expulsar una gota
de perdon eterno, de aceptación a destajo, de crédito de duelos.

La muerte sucede de un modo tan completo
que de tan humano y tan primario y tan absoluto
impide que se asuma elemental como la luz,
cómo el agua, como el aire y como el fuego
que incendia por último, los almanaques.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Como siempre

- Fijate en la alacena, hay fideos moñitos y medio paquete de harina triple cero justo al lado. - ... - ¡Pero! No puedo creer que no lo encuentres. Abrí la otra puertita. Fijate que hay un tarro con arroz y un frasco de mermelada que ahora tiene orégano. Tiene que estar por ahí. Subite a una silla, que vas a ver mejor. -... - ¿¡Será que tengo que ir yo!? Vos jugás con eso. Sabés que siempre termino haciendo todo por vos y eso te gusta. Así nunca vas a independizarte o aprender a resolver las cosas... -... - ¿Viste las llaves? Suena el timbre. Nunca sé dónde dejo las llaves. ¡Acá están! Esperame un poco, voy a abrir la puerta. - ... - ¡Hola mi amor! Dale, pasá. - ¡Hola papi! Dame un beso. ¿Con quién hablabas?. - Con nadie hija, sólo jugaba a que ya habías llegado. - ¡Ay, papi! ¡Pero qué ansioso! - y me abrazó... como siempre.

Cicatrices y muecas

Es verdad tengo la ceja partida e implante dental, ocho piezas de fina porcelana. Tengo muchas cicatrices cosechadas en épocas de furia, cuando fracasé en arreglar el mundo con mis propias manos. Tengo partes de mi cuerpo que sí puedo descubrir, pero no describo, por pudor. Tengo partes de mi cuerpo que no puedo describir, pero sí descubro, por pudor. De lo que perdura tengo esta mueca sin cicatrices. Se reproduce por si sola y bastante a menudo. ¿Ves?, es así. ¿Te gusta?, sí que es linda. ¡Quédatela!, tengo varias. ¡Mira, acá tengo otra!. Las demás muecas sólo representan lo demás... gestos indigestos.

Porque aún no sé

Les dejo aquí anécdotas de navidades, año tras año y de cumpleaños con ausencias y sin edad. Les dejo aquí primeros días de clases en marzos con calor aún, como en aquel año, años atrás. Les dejo aquí un listado de madres con pañuelos, que los siguen buscando, en la misma plaza. Les dejo aquí un listado de hijos y de nietos que hoy conocen sus nuevos, nombres verdaderos. Les dejo aquí otro listado con abuelos, hermanos, tíos, primos, sobrinos, vecinos, maestros y obreros, sin olvido. Les dejo aquí noticias de justicias que aún no llegan e injusticias de siempre, que se vuelven nuevas. Les dejo aquí la memoria de casi todo el pueblo que aún sufre y sangra por heridas viejas. Les dejo aquí mi nombre y mi identidad y vida para aquellos que no los quieren ni nombrar. Les dejo aquí la flor que aún no sé dónde dejar y me sangra en los ojos que no dejarán de buscar. 1976 - 24 DE MARZO - 2008 Por la memoria de los 30.000 desaparecidos. No olvidamos – No perdonamos JUSTICIA, MEMORIA Y VIDA