De existir
una buena razón
para comprender
tantos inexplicables,
de seguro
me ha sido
esquiva.
Habitaré tibiamente tus entrañas para salirme y volverme minúsculo, incompleto, ínfimo. Llenaré de silencio los mares, cruzaré de lado a lado la tierra. Volveré mi vista una y otra vez, para descifrarte y encontrar el canal que me devuelva. Lloraré mis dudas. Me haré más en vientres extraños, para ver el ciclo y elucidarlo. Abdicaré. La tierra me hará suyo, y me abandonará en lágrimas y sudor el agua. El viento me llevará consigo a dispersarme en otros ciclos. El fuego flameará mi olvido. GOC.
He terminado por admitir que la suerte es esquiva contodos, no sólo para esas malditaspersonas que escribimos toda la noche, que prefiere hacer algo a mirar una pantalla, a ver correr a otro; no, la suerte es esquiva para todos, incluso aquel que dice tener miente.
ResponderEliminarLa suerte, por ser suerte, nunca es de nadie.
J.
proyectoazucar.blogspot.com
lo aleatorio es la razón...ese es el gran bonete.
ResponderEliminarcariños.
Es que no hay que comprender cosas que se tiene sólo que sentir.
ResponderEliminarLa suerte... es esquiva, es pícara, es lujuriosa. Llega muchas veces pero como estamos dormidos se aburre de esperarnos y va a buscar a otro insomne...
ResponderEliminarUn abrazo.
Alicia