Sin imagen nos hace ver
aquello que aun no nos descubre.
Sin perfume nos hace oler
aquello que aun no nos percibe.
Sin textura nos hace palpar
aquello que aun no nos reconoce.
Sin sabor nos hace degustar
aquello que aun no nos alimenta.
Sin sonar nos hace escuchar
aquello que aun no nos llama.
Conforma todo nuestro pensamiento
propiciando el inicio de acciones impredecibles
y en la ignorancia de lo que deseamos verdaderamente
nos recoge sobre una idea verosímil y anhelable
pero inalcanzable e involuntaria.
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