Se que la canción está sonando porque mi piel vibra pero no la escucho. El cielo de este día parece para siempre y adivino verte aparecer detrás de una sombra. Siento la canción que no escucho porque la canción no ha terminado y suena. Quizás nunca vuelva a ser de noche, ni silencio de luz omnipresente y de canción interminable. La materia que es viva y enloquecida al oír tu nombre me arrebata los ojos. No lograré verte ni escucharé la canción hasta que deje de vibrar el cuerpo de mi cuerpo. Cierro definitivamente los sentidos para concentrarme hasta explotar desde la cicatriz del centro. Me muevo hacia todos los espacios de la casa y la canción suena y lo sé por mis manos que te buscan. La música sigue sonando y yo sin escucharla me recojo en pedazos y me voy juntando entre mis manos. No veo a quién canta la canción que no escucho pero se que sigue sonando entre las cortinas temporales. Nadie aparece de una sombra. Nadie aparece por una pregunta. Nadi
Un día cualquiera para el inicio de todos los días nos caeremos al barro. Nos volveremos al barro y del barro nos reinventaremos para fundar oportunidades para saltar al otro lado y desde el otro lado renacernos. Un tiempo cualquiera para el reincio de los tiempos nos reinauguraremos en adelabios. Nos volveremos ademanes en la piel y del puro cuero crearemos un nosotros para antojarnos errantes para dejarnos llevar sin traernos y desde todas las distancias renacernos. No sabremos de saber, todo. No podremos de poder, todo. No renunciaremos de abandonar, todo. Desde nuestros confines oportunamente nos reiniciaremos para humanizarnos cuando lo salvaje ya no nos salve. Para humanizarnos desde el barro de agua y humus. Para caernos, ¿ por qué no? Y renacernos.