Al sol le pesará el atardecer
y como un anciano se recostará
sobre el ocaso del día o la vida.
Los árboles agitados apenas
por un viento algo díscolo
interrumpirán la vasta quietud.
Desde mi ventana apreciaré
la polvareda que te empujará
hacia mi lugar, a veces recóndito.
En mi mesa, el banquete
que sacrificado en tu boca
se desarmará poco a poco.
En la pared un reloj sin pilas
marcará la hora exacta
sólo una vez, esa vez, al día.
En mi cuarto la cama tendida
y en mi mente la expectativa
de tus pies fríos buscando los míos…
también fríos.
Todo un tema... las espera, la expectativa...la cama hecha... y un par de pies fríos, buscándose, deseandose..
ResponderEliminarbello
te quiero Gus
Me encantó la idea de que al sol le pese el atardecer.
ResponderEliminarLinda la espera que dibujas con tus palabras.
Me quedo preguntándome cuál será la hora que marca el reloj.
Me encanta la frase del reloj sin pilas...
ResponderEliminarY sigo buscando tus pies fríos... quizás, sólo quizás algún día los encuentre...
che, el reloj sin pilas marca la hora exacta dos veces al día. o que parte no habré entendido?
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