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Es mentira

Apoyó el mate, el termo con agua caliente, unas tostadas sin manteca, el frasquito de arándanos que usabamos de azucarera, un repasador y un cenicero. Después se sentó en la mesa, justo frente a mí. Yo estaba leyendo uno de esos libros que me gustaría haber escrito. Me lo cerró y comenzó a hablar al mismo tiempo que me alcanzaba un mate caliente.

- Mirá mi amor, hace tiempo que quería decirte esto. Esperé bastante a que cambiaras solo y que te dejaras de joder, pero te empeñaste en no hacerlo. Sé que no te va a gustar lo que vas a escuchar, pero ya te pasaste de la raya. También sé que cuando termine de decírtelo no vas a querer estar más conmigo o yo no querré estar más con vos, eso me duele mucho. Aún así considero que es más importante decírtelo, porque ya no lo aguanto más y creeme que lo hago por vos.
Yo sé que no es verdad que tu mamá te hacía la leche con cacao y café instantáneo, como les hacés creer a todos los amigos de nuestra hija que vienen a merendar a casa. Tampoco es verdad que tu mamá le ponía cilantro a la omelette de jamón y queso, o que usaba la albahaca en casi todas las comidas. Nunca, pero nunca te cocinó tortilla de papas con cebollas. Eso de que te hacía las milanesas pasándolas dos veces por el huevo y dos por el pan rallado, también es mentira. Tu mamá nunca supo la letra de “La canción del jardinero” de la Walsh, y ni siquiera se ocupó, como contás, de enseñarte a leer antes de los cuatro años. No es verdad que escuchás a Serrat porque ella lo escuchaba todas las mañanas mientras limpiaba tu casa. Nunca te planchó el guardapolvos con Plastitel y es mentira que usaba desodorante de lavanda para limpiar los pisos. Ese asunto de las margaritas en el patio del fondo, no fue idea suya. La anécdota del patí de ocho kilos que pescaron en el Paraná no fue con ella. Tampoco es cierto que se emocionó el día que cantaste en el coro del colegio y menos el día que te inventaste un cuento en el escenario donde tenías que leer un poema sobre los maestros. Nadie se cree que te defendió el día que te acusaron de robar una factura a la bigotuda de la panadería y menos que te mandó a devolver el paquete de figuritas que le robaste al puto del kiosco. Eso que contás de las siestas debajo de los sauces del patio hablando de las cosas de la vida y comiendo mandarinas o duraznos, tampoco te lo cree nadie.
Podría estar horas citando las proezas y anécdotas que contás sobre tu mamá. La verdad no me preocupa demasiado, o sí, que te guste hacerlo. Lo que sí me preocupó y molestó mucho es que le hayas dicho a la nena que un día la vas a llevar a San Pedro a que conozca a su abuela.
Amor, yo te quiero como a ningún hombre en la vida, pero no voy a seguir siendo cómplice de tus mentiras. Los dos sabemos que la mamá de la que tanto hablás sólo existe en tu imaginación. Entre otras cosas, me casé con vos porque no tendría que lidiar con ninguna suegra y resulta que me inventás una, a la que encima no puedo refutarle nada.
Escuchame bien lo que voy a pedirte. Ya tomé la decisión de volverme a la casa de mis viejos, pero antes quiero que te sientes y le digas a tu hija que las historias de tu mamá o su abuela, que es lo mismo, te las inventás una a una. Vas a tener que decirle que tu mamá nunca estuvo con vos y que no sabés nada de ella. ¿Me entendés?


Se largó a llorar y se metió en el cuarto a guardar algunas de sus cosas. Después llamó a sus padres para que la viniesen a buscar. Yo me sentía como el culo. Tenía razón en pedirme que aclarase las cosas a nuestra hija. Sin dudas, me había pasado del límite. Me serví otro mate y reabrí el libro que estaba leyendo, al mismo tiempo que pensaba: “-Me voy a asegurar que la próxima mujer de la que me enamore, no tenga dónde irse si no está conmigo”.

Después de un rato y antes de dejar la casa, me dijo:

-Vas a poder visitarnos cuando quieras y ver a tu hija todas las veces que los dos tengan ganas. Cuidate.

Comentarios

  1. ¿Mentira? Mmm... mejor la próxima vez busca a alguien que quiera conocerla aunque sea por sus historias.

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  2. che son dos nenes de mamá al final. uno que la construye a toda costa, otra que te deja y necesita que la suya la venga a salvar. y buen, habrá que crecer todavía, más allá de la sombra materna y bancarsela, tal vez eso posibilite el acceso a otra cosa.

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  3. Muy buena historia, Está muy bien narrada. Me encantó la conclusión de hombre. Dos nenes, como dice nadie.
    Saludos

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  4. Excelente narración.
    Engancha y no suelta hasta el magistral final.
    Tragedia divertida.
    Un beso
    Gizz

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  5. Gustavo,
    Sigo leyéndote en silencio, pero esto me ha parecido excelente.

    Un abrazo desde Llueve Revolución.

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  6. Qué situación horrenda!
    Qué patología insoportable...
    en fin,
    qué excelente relato.

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  7. mentira... y que si es mentira? yo no lo creo, de seguro es la madre que Gustavo eligió para vivirla a pleno...
    un abrazo desde lejos...
    Niebla.

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