Y...
que ya imagino
el sabor que sabrá a cada palmo.
Y...
que ya imagino
el olor que olerá a ahora mismo.
Y...
que ya imagino
la forma que guiará a por aquí.
Y...
que ya imagino
la textura que ceñirá las ganas.
Y...
que ya imagino
la voz que dictará un aliento.
¡Y qué!
que ya imagino
el sabor que sabrá a cada palmo.
Y...
que ya imagino
el olor que olerá a ahora mismo.
Y...
que ya imagino
la forma que guiará a por aquí.
Y...
que ya imagino
la textura que ceñirá las ganas.
Y...
que ya imagino
la voz que dictará un aliento.
¡Y qué!
Y que?
ResponderEliminarQue bueno! que puedas imaginarlo, olerlo, sentirlo, Y...ESCRIBIRLO para que los demás lo compartan
Un beso
Gizz
Las expectativas son a a la realidad lo que un baldazo de ácido sulfúrico a un polluelo recién nacido.
ResponderEliminarLlegué porque me gusta como estás comentando en Orsai. Espero la continuación de la historia. Gracias por compartirla.
ResponderEliminarAna
Me gustó la idea de esa textura que ceñirá las ganas.
ResponderEliminarY sí, ¡y qué!
Al fin y al cabo, nada tiene la importancia esa.
ResponderEliminarSalud, Mabel.